Hoy cumplimos un año de un sueño vivido:

Vivir viajando en bicicleta!!!

Queremos compartir junto a vos un poquito de todo eso que sentimos antes y durante nuestro nuevo estilo de vida. Esperamos acompañarte en tu camino para que vos también puedas vivir eso que soñás!!!  

Cuando todo se desdibuja

En la ciudad todo parece ir en cámara rápida. El reloj indica el tiempo restante para llevar a cabo eso que aún no hicimos –y debemos hacer-. Los días se borronean en el calendario casi sin percibirlos. Deberes y obligaciones etiquetan a un ciudadano moldeado monótonamente. No hay lugar para cuestionamientos. Familia, estudios, trabajo, casa, mascotas, celular, auto, –comprar, tener, ser-.
Ese mundo me pertenecía -¿o yo a él?-.
Cuestionar todo aquello con lo que uno se crió y lo cual parece totalmente normal y aceptable no es nada fácil. Mi niñez, adolescencia y parte de la adultez trascurrieron en un escenario sin sobresaltos: ir al colegio, estudiar una carrera universitaria y trabajar fueron los patrones establecidos. Me costó muchísimo salirme de mi estructura, pero en un momento acepté la realidad:

La vida sedentaria de ciudad y calendarios no estaba hecha para mi –al menos no por ahora-. Viajar y transformarlo en estilo de vida era lo que más deseaba.

Ser libre

Deseo – miedo – preguntas

Un deseo cargado de interminables preguntas:

¿Es posible vivir viajando –o es sólo para hippies o ricos-?, ¿estoy preparada?, ¿será lindo?, ¿será muy difícil?, ¿y si me pasa algo?, ¿de qué voy a vivir?, ¿podré trabajar en el camino?, ¿si no me gusta?, ¿si me muero de hambre o frío?, ¿y si no me puedo bañar?, ¿por cuánto tiempo lo haré?, ¿y después?…

Deseo y miedo se disputaban mi futuro –y mi presente-.
Entre todas esas incertidumbres apareció Nico.

Parece que el universo nos topó y teníamos mucho en común: cuestionar la vida rutinaria pero no animarnos a dejarla ir. Llegó con un deseo vivo que latía fuerte: hacer un viaje largo en bicicleta. Me lo contó y enseguida me invité a acompañarlo. Los signos de preguntas se triplicaron en mi cabeza pero mi deseo de vivir viajando iba tomando forma.
Dos años y medio fueron necesarios para desarmar ese rompecabezas que nuestra vida común y corriente nos había regalado. Como niños casi recién nacidos y cargando un baúl de recuerdos, enseñanzas, aprendizajes, momentos, etiquetas, pre-conceptos, y todo nuestro ser, nos lanzamos hacia un mundo nuevo y desconocido:

VIVIR VIAJANDO EN BICICLETA

Nuestro deseo se convirtió en delirio, fue motivo de cargadas, risas irónicas, cuestionamientos y hasta de sabias afirmaciones:

“Es muy peligroso, no se puede viajar en bicicleta” “¿Vos en bicicleta?, te volvés a la semana” “No vas a poder hacer ni 100 km” “No te va a gustar, esa vida no es para vos” “Mirá que si viajás así en muchos lugares no te vas a poder bañar, vas a tener que ir al baño a los yuyos…” “Mirá que vivir en pareja es súper difícil y vos vas a tener que convivir durante todo el día”

Ellos no nos creían y nosotros que hoy cumplimos 365 días de este nuevo estilo de vida también nos cuesta creer…

No podemos creer que: 

Seamos tan pocas las personas que nos cuestionemos el estilo de vida que la mayor parte de la población lleva. Nos estábamos perdiendo algo tan sano, lleno de vida, de energía, de hermosos momentos. Haya tantas maneras distintas de vivir, muchísimas costumbres y hábitos que desconocíamos -y aún lo hacemos-. En tan poco tiempo hayamos vivido y sentido tantas nuevas y lindas cosas. Las personas con las que el camino nos cruzó fueron tan excelentes, nos dieron tanto. Actualmente vivimos con la plata que nos deja la venta de postales.
Nos adaptamos a dormir en carpa, a ir al baño en los yuyos, a no saber dónde vamos a dormir, a pedalear 80 o 100 km por día sin fundirnos, a cocinar en un camping, a convivir las 24hs, a no tener una cama (fija), a extrañar, a no tener horarios, a que no nos importe qué fecha es. Dormimos en la casa de muchísimos desconocidos. Tantas personas nos hayan ayudado desinteresadamente. Conocimos gran parte de Argentina, Chile y Uruguay gracias a nuestras dos piernitas. El camino nos dé tanto. Nos quieran hacer creer que las personas son malas -cuando nosotros vivimos todo lo contrario-. 

No podemos creer lo lindo que es viajar en bicicleta, que vivir viajando hoy es nuestro estilo de vida y que algo súper loco nos haga tan feliz.

Animarse a soñar y hacerlo realidad

Seguramente muchas personas –que conocemos o no- hayan o estén pasando por una situación similar a la nuestra:
Desear mucho algo pero por miedo –propio o ajeno- no animarse a realizarlo.
Lo nuevo y desconocido siempre causa pánico e incertidumbre, da lugar a que todos opinen –aunque ninguno de todos ellos sepa de qué habla- y permite que traten a uno de loco, raro o valiente. La realidad es que uno no sabe lo que va a pasar –y menos si es algo que nunca hizo-.
Estaría buenísimo que todas las personas nos animemos a hacer eso que tanto deseamos –y nos causa tanto miedo-. 

Y sí… fallamos, no nos gusta, no era lo que esperábamos, nos hace mal…
Y sí… nos encanta, nos cambia la vida para bien, es lo mejor que nos pasó en la vida…

No importa los y si… lo importante es que si uno realmente lo desea tiene que animarse, poner todo de sí para que así suceda.
El futuro nadie lo sabe, pero es preferible equivocarse habiéndolo intentando y no quedarse en lo conocido y seguro perdiéndose de intentar vivir un sueño o deseo.
No importa cuál sea, por más mínimo, es un deseo propio y nadie ni nada debería arrebatarlo.
La vida es una y cada uno es su protagonista. Mirarla de lejos y dejarla pasar no tiene ningún sentido.
Animémonos a desear y hacerlo real.

Camino a Garganta del Diablo – Tilcara

Hoy festejamos nuestro primer año de un sueño que se hizo realidad. Somos felices de haberlo intentado. Y estamos convencidos que se puede!

Esperamos ser un ejemplo de que la vida hay que vivirla y queremos contagiar a más personas a animarse a desear y hacerlo realidad.

¿Vos, te animaste a cumplir tu sueño? ¿Tenés un sueño pero no te animás a llevarlo a cabo? ¿Cuál es? Te invitamos a dejarnos tus comentarios abajo para compartir tu experiencia con otros lectores y/o viajeros.
Además, si te gustó la nota te invitamos a compartirla en las redes sociales. Gracias! Hasta la próxima!.