Nuestro tercer día de pedaleo comenzó bien tempranito! Luego de haber disfrutado en la laguna La Salada nuestras pilas estaban recargadas para avanzar. Lo que no sabíamos era que nos esperaba un día muy largo e intenso! En esta nota te contamos nuestro tercer día desde Bahía Blanca a Viedma en bicicleta

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El Condor

PEDALEANDO DESDE TEMPRANITO

Tempranito por la mañana, así como lo habíamos planificado: “Levantarse a las 5 am, para salir a las 6 am y pedalear hasta el mediodía”. A eso de las 5.30 am ya estábamos amaneciendo. Nuevamente desarmar la carpa, ordenar, preparar alforjas y salir. Pero, mis cálculos fallaron: eran las 8 am y recién estábamos saliendo de La Salada. Igualmente era una buena hora para comenzar pedaleo.
Nos cuesta bastante organizarnos y salir a la ruta bien temprano. Esperamos que con la práctica podamos hacerlo cada vez más rápido!. 

El camino nos llevó directo a Pedro Luro. Estábamos bastante más cerca de lo que creíamos. Una parada obligada era en la Ermita de Ceferino Namuncurá: era el Santo cabecera de mi Abuela Delia así que no pudimos dejar de visitarlo!

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Ermita de Ceferino Namuncurá


Luego compramos algunas frutas para el camino y seguimos viaje. Esta vez el viento se cambió de bando y se nos puso en contra.. y bastante fuertecito!!! El sol seguía bastante fuerte… aunque a lo lejos se veían algunas nubes que asustaban un poco. Habíamos salido a una hora prudente así que el viento no nos acobardó y pedaleamos un lindo tramo!
La ruta bastante desértica, casi no hay árboles, es muy agotador pedalearla en verano.

¿HACEMOS DEDO?
Seguimos hasta Villalonga (50km aprox del punto de partida) Estábamos cansados y la ruta nos estaba aburriendo bastante. Vimos una YPF a la entrada del pueblo y dijimos:

«¿Hacemos dedo? sino dormimos en este pueblo y listo!» 

Y como dicen que la tercera es la vencida… la vencida fue!!! 🙂

Bajamos a la YPF y vimos un camión parado y vacío… fuimos directo y sin dudarlo!

“Hola, ¿van para Viedma?” Asi, sin ningún tipo de protocolo, haciendo honor a mi espontaneidad sin medida.
Mmm sí… contestó el chico bastante confundido.
“¿Nos podrían llevar por favor?”
“Sí, puede ser si queda lugar.. todavía tenemos que cargar cebolla!!!”

Comenzamos a charlar con los chicos mientras ellos esperaban al señor que iba a cargar las cebollas… después de un rato de espera el señor llegó y Maxi, Sergio y Miguel se fueron en busca de su cargamento.

 “En 2 horas volvemos, espérennos”
“Dale, genial!!! Esperamos” 

 Al rato de que se fueron empezó a llover. Por suerte en la estación de servicio había buena onda así que pudimos esperarlos adentro. La espera se hizo eterna: las 2hs se convirtieron en 4 o 5 y llegó la noche.

En la estación había varios camiones más esperando para cargar cebolla, pero la lluvia los había retenido en el lugar. No nos gustaba mucho la idea pero tendríamos que acampar atrás de la estación.. Nico insistía con empezar a acomodarnos antes que se haga más tarde y yo insistía diciendo:

Van a venir, esperemos un poquito más, no nos van a dejar pagando”..

Y cuando ya estábamos por irnos a armar campamento, se asoma un camión haciendo luces y mi cara se transformó:

“¿Son ellos?? ¿Son???” “Siiiiii”
“Viste que todavía están acá”, dijo Sergio a sus compañeros…
“Sí, yo estaba segura que iban a llegar”

Los chicos del camión!!!

REGALOS DEL CAMINO

Y después de alimentarnos con unas facturas, el camino a Viedma se hizo muy corto entre las charlas y la buena onda de los chicos… realmente se portaron los exportadores de cebolla!!! Muchas gracias chicos por la buena onda!!! 😉

Viedma estaba bastante oscuro, pero por suerte teníamos el dato de un hostel que nos había pasado Pulga. Un cicloturista que conocimos en la estación de Bahía Blanca y que ahora anda pedaleando por la Patagonia!
Al otro día amanecimos temprano, era miércoles y teníamos que esperar hasta el viernes para tomarnos el tren patagónico!
En Viedma y en Carmen de Patagones no hay camping. Nuestro presupuesto para 3 días de hostel no nos da! Pensamos irnos a El Condor -una playa cerca de Viedma- y volver el viernes. Pero consultamos y las bicis las teníamos que despachar tipo 9am.. no nos iban a dar los tiempos..!

Estábamos sin saber qué hacer… y ahí apareció nuestro amigo Zorba que nos pasó un contacto!!! Era de Ileana, una chica que sin conocernos nos abrió las puertas de su casa y nos hizo sentir como en la nuestra!!! 

Gracias Ile!! :)

Esos regalos del camino aparecen cuando uno menos lo espera. Sin haberlo planificado, los días en Viedma fueron muy lindos!!! Pudimos compartir charlas, experiencias, paseos y nos hicimos una nueva amiga en el camino! Agradecemos a Ile la hospitalidad con las que nos recibió y esperamos compartir nuevas charlas, quizá en algún otro nuevo sitio, junto a ella y Leo!
También conocimos El Condor. Un balneario que nos encantó.

Acá terminan nuestros relatos de Bahía Blanca a Viedma en bicicleta. Si te perdiste algo de la historia te invitamos a leer acá la parte 1 y acá la parte 2

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